FELIZ NAVIDAD
Queridos hermanos y hermanas en la Esperanza:
Al llegar estos días en los que el corazón se ensancha y la memoria se vuelve más luminosa, me dirijo a todos vosotros con el cariño y el orgullo de quien comparte una misma fe, una misma historia y un mismo camino. Este año que ahora concluye ha sido, sin duda, un Año de la Esperanza en el sentido más profundo de la palabra. Un año en el que, juntos, hemos mirado a nuestra Titular con los ojos llenos de gratitud, conscientes de que su presencia ha sido faro, refugio y aliento para cada uno de nosotros.
Hemos tenido el privilegio inmenso de celebrar nuestro centenario, cien años de vida, de devoción, de esfuerzo compartido, de generaciones que han sabido custodiar y transmitir un legado que no nos pertenece solo a nosotros, sino a todos los que nos precedieron y a todos los que vendrán. Cien años en los que la Hermandad ha sido hogar, familia y escuela de fe. Cien años en los que la Esperanza ha sido más que un nombre: ha sido una forma de vivir, de mirar el mundo, de sostenernos unos a otros.
Hoy, al cerrar este año tan especial, quiero enviaros mi felicitación más sincera. Que la Navidad os encuentre rodeados de quienes amáis, y que el Niño Dios, que nace humilde y pequeño, derrame sobre vuestros hogares la ternura que solo Él sabe dar. Que su luz ilumine los días difíciles, que su paz calme las inquietudes, y que su amor sea siempre el centro de nuestras vidas.
Y al abrir el nuevo año, deseo que cada hermano y hermana sienta que la Esperanza permanece, que no se agota, que no se marchita, que sigue siendo promesa y camino, que sepamos reconocerla en los gestos sencillos, en la vida compartida, en la Hermandad que construimos día a día. Que la Esperanza nos encuentre unidos, generosos, disponibles para servir, para acompañar y para seguir creciendo como familia.
Deseo que el año que comienza traiga paz a los corazones, serenidad a las casas, salud para los nuestros y fuerza para afrontar lo que venga. Que el amor, la fraternidad y la alegría sean compañeros constantes en vuestro caminar, y que, bajo el manto de Nuestra Madre, sigamos celebrando la vida, la fe y la historia que nos une.
Con todo mi afecto recibid un abrazo fraterno y mis mejores deseos. Que la Esperanza siga siendo nuestro norte y nuestra certeza.
Feliz Navidad y un próspero Año Nuevo.
Leónides Molero Prieto
Hermano Mayor

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