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Stmo. Cristo de la Expiración

Stmo. Cristo de la Expiración

Representa el momento en el que Cristo expira en la Cruz. Está realizada en madera de cedro policromada y tiene una altura de 1,76 metros. Su cabeza está ligeramente inclinada hacia la derecha y su mirada se pierde ene l cielo. Sus brazos se presentan colgantes del travesaño y palmas de las manos semiextendidas. El sudario es del tipo denominado cordífero, anudado al lado derecho, dejando al descubierto el muslo de ese lado. La imagen tiene la corona de espinas y potencias en plata de ley sobredoradas. Está cogido a la Cruz por tres clavos, siendo ésta de tipo arbóreo y cilíndrica, realizada en pino de flandes.

La imagen manifiesta desde todos sus ángulos el dominio de la muerte sobre el cuerpo; La cabeza ladeada y ligeramente caída hacia la derecha; los ojos desnortados, acuosos, con los hilillos de las nubes que van apagando la existencia; la nariz, anegada en las sombras que la yerguen ante la proximidad del último momento; la boca, expresivamente semiabierta en busca de un aire que ya no llega a los pulmones; las costillas, sobresaliendo, de un cuerpo de un escuálido color mortecino; el estómago contraído, apenas moviéndose con un quedo movimiento arrítmico; todo, todo el conjunto es de una indudable expresividad y realismo barroco. Los rasgos de la muerte son los de toda muerte: pómulos marcados, nariz afilada y ojos semientornados. Todo el conjunto hace hincapié en el dolor y en la trascendencia del momento de la muerte del redentor.

Su autoría no está documentada. Desde siempre, por tradición oral, la autoría le fue atribuida a Juan de Mesa (Córdoba, 1583- Sevilla, 1627) o a alguien de su escuela o círculo. De ello se hace eco Ana María Gómez Díaz que escribió: “La escultura del crucificado, de marcado estilo barroco, está atribuida a Juan de Mesa o a su círculo”. Incluso, precisamente algo más, algunos especialistas en imaginería han considerado la posibilidad de que la bella cabeza del Cristo de la Expiración hubiese sido realizada por el mismo Juan de Mesa y el resto de la imagen por algún discípulo suyo. De ser ciertas las atribuciones mencionadas, la imagen debe pertenecer a la primera mitad del siglo XVII esplendoroso tiempo de la imaginería barroca sevillana. El verismo expresivo del dolor en el momento sublime de la expiración está expresado con el intenso barroquismo contrarreformista. Difícilmente se podría transmitir el momento exacto de la muerte con mayor expresividad y realismo. La imagen está concebida para transmitir esa honda sensación del momento en el que Cristo muere en la cruz.

Los primeros datos que se tienen de esta talla, datan de 1663, perteneciendo a la Ilustre Hermandad de Mareantes, bajo la advocación de Cristo de las Aguas en los siglos XVII y XVIII. El historiador ilustrado Juan Pedro Velázquez Gaztelu escribe en 1758 "Venérase en él (refiriéndose al altar mayor de la iglesia de San Nicolás de Bari), la milagrosa imagen de Cristo Nuestro Señor Crucificado, a quién ha acudido la devoción y confianza pública de este Pueblo en muchas ocasiones de sequedad, obteniendo de su Original copiosas lluvias, por cuyo motivo se le denomina Santo Cristo de las Aguas..."

La imagen del Santísimo Cristo está catalogada como monumento histórico-artístico nacional desde 1926 y junto a la imagen del Stmo. Cristo de la Vera-Cruz de esta localidad, obra de Francisco de Ocampo, considerada como una de las 100 mejores tallas de España, ("Historia del Arte Cristiano", tomo de la Pasión de Cristo; obra de Ramón Carrión Aznar, publicada en 1950 por la Biblioteca de Autores Cristianos).

La imagen fue restaurada en Sevilla en 1985 en los talleres del profesor don Juan Manuel Miñarro López.

María Stma. de la Esperanza Coronada

María Stma. de la Esperanza Coronada

La imagen de María Santísima de la Esperanza es obra del valenciano Pío Mollar Franch realizada en el año 1927. La Junta de Gobierno tras diversos devaneos por Sevilla y consultas con otros autores, decidió realizar el encargo al escultor remitiéndole una postal con la imagen de Ntra. Señora del Rosario de la sevillana hermandad de Monte-Sión para que le sirviese de modelo. Está realizada en madera de mélix con una altura de 1,30 metros. Es una imagen de candelero para vestir. Su cabeza está ligeramente inclinada hacia el lado derecho con una mirada baja, siendo los ojos de cristal y pestañas postizas. Lleva cuatro lágrimas de cristal, dos en cada mejilla. La boca la tiene entreabierta y tiene los dientes superiores tallados y las manos extendidas. Su precio de ejecución fue de 430 pesetas, más dieciséis de gastos de la caja y embalaje, cantidad que fue reunida por suscripción popular.

 

Santa Ángela de la Cruz

Santa Ángela de la Cruz

La imagen de Santa Ángela de la Cruz es una talla de tamaño natural, para vestir, obra del escultor jerezano D. José Carlos Gutiérrez Romero.